La importancia de la cocinar en casa para el mundo

El mundo hoy tiene la posibilidad de acceder a múltiple información sobre los alimentos y las posibilidades gastronómicas que tenemos en casa, pero nuestra alimentación tiende a ser cada vez menos diversa y bastante negativa para nuestro organismo.

Según Naciones Unidas en el mundo hay alimentos más que suficientes para nutrir a toda la población mundial, unos 7.800 millones de habitantes, pero más de 820 millones de personas pasan hambre. Por otra parte, como apunta la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), desperdiciamos más de un tercio de los que se producen en todo el planeta y, la mayoría de este desperdicio (un 67%), proviene de nuestros hogares. 

Todos estos datos dan cuenta de la problemática mundial que tenemos en cuanto a alimentación y pobreza extrema. ¿Qué podemos hacer, entonces, cada uno de nosotros para mejorar nuestro sistema alimentario mundial? Cocinar en casa es la respuesta. Devolverle a ese lugar cotidiano la importancia y, especialmente, la posibilidad racional de producir, distribuir y comprar enfocada en el aprovechamiento de nuestros alimentos. Cuando estamos en la cocina logramos comprender la importancia de cada ingrediente, no seremos simplemente consumidores compulsivos, sino que estamos siendo creadores conscientes de nuestros propios alimentos. Y es justamente en ese acto de “crear” en donde la múltiple información de cocina saludable empieza a jugar un papel importante. 

Otras estadísticas nos han demostrado que en la pandemia, mientras estábamos en casa y debíamos cocinar, en España por ejemplo, se redujo en un 8,6% el desperdicio de comida, todo esto, gracias a cocinar en casa. 

Un artículo sobre alimentación en el diario El País, titulado: “Así es como la cocina casera ‘reseteará’ el sistema alimentario para hacerlo más sostenible” y de donde hemos obtenido gran parte de esta información, concluye de manera bellísima: 

Cocinar es un acto de amor, y también de responsabilidad con nosotros mismos. Quienes lo hacen en casa reflejan el poder de los fogones como una forma de activismo. Se rebelan contra la afirmación de que no hay tiempo, y de que ese tiempo debemos invertirlo en otra cosa que no sea nuestro bienestar y, por ende, el de nuestro planeta. Porque invertir tiempo en preparar nuestra comida nos invita a reflexionar sobre lo elemental y lo importante: cada vez que elegimos cocinar estamos aportando nuestro granito de arena para construir un mundo mejor, más justo y feliz.”
Author Name

Finalmente, cocinar en casa es una manera de alimentarnos saludablemente cuidando nuestro propio planeta. ¡Sí, cocinar es un acto de amor!